Seco y duro. Siempre pensé que los biscotti no eran para mí. Hasta el nombre me parecía un falso intento. Se parece a bizcocho, igual que su forma, pero no tiene nada que ver. Ni su nombre, ni su significado, ni su textura, ni su sabor.
Y sin embargo, hacía días que quería probar a hacerlos. Ya imaginaba que no era difícil. Había visto muchas recetas y no tienen ningún problema, más allá de ponerlos dos veces en el horno (¡son biscotti!). Había algo en esa textura adusta, seca, dura, que los hacía parecer de todo menos un bocado apetecible. Y sin embargo, quería hacerlos, y volver a descubrir que una galleta no tiene que ser esponjosa, ligera y delicada para ser deliciosa. Que un bocado puede ser todo lo contrario, y seguir siendo algo especial.
Perfectos para el frío helado de estos días. Yo al menos puedo tomarlos con un café caliente. Los probres almendros que ya habían florecido la semana pasada no tendrán tanta suerte.
Ahora tengo esta caja roja llena de biscotti (bueno, ya no tan llena); y cuando la abro el olor a vainilla y frutos secos sigue igual de apetecible que cuando lo puse en el horno y toda la casa anticipaba un sabor inconfundible. Seco y duro, pero también crujiente, y poderoso.
Biscotti de arándanos y pistacho
Ingredientes (para aproximadamente 10-12 unidades)
100 gramos de azúcar blanco
1 huevo (Grande)
150 gramos de harina
1 cuharadita de levadura de repostería
1/4 de cucharadita de sal
1/2 cucharadita de esencia de vainilla
80 gramos de pistachos
80 gramos de arándanos rojos desecados
Preparación
Calentar el horno a 180º. Batir el huevo con el azúcar hasta que quede una mezcla espumosa. Añadir la vainilla. Sobre la mezcla, añadir la harina tamizada con la sal y la levadura, y mezclar bien. Incorporar los pistachos y arándanos con una espátula y repartirlos bien por toda la masa. Formar un rectángulo con la masa sobre la bandeja del horno forrada con papel vegetal o una lámina de silicona. Poner en el horno unos 25 minutos. Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla unos minutos. Cortar en rebanadas con un buen cuchillo de sierra, y volver a poner las rebanadas sobre la bandeja del horno. Hornear unos 8 minutos, dar la vuelta y hornear otros 8 minutos, o hasta que estén dorados. Dejar enfriar sobre una rejilla. Aguantan bien varios días en un recipiente hermético.
Prueba a poner otros frutos secos y otras bayas. Hay muchas combinaciones posibles para todos los gustos. Yo he usado arándanos secos, pero se pueden poner congelados, o frescos. Sólo tendrás que ajustar las cantidades.
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